Albúm digital y portafolio con Saal-Digital.

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Por fin tengo mi portafolio en formato físico. Y digo por fin, porque llevaba tiempo sopesando el agrupar todo mi trabajo de este último año en un álbum bonito y funcional que poder enseñar a los clientes (y olvidarme de los pdf cutrones). Ahí es cuando me enteré de que la empresa alemana Saal-Digital estaba buscando testadores de productos, en concreto de sus fotolibros (y resulté elegida para la prueba).

Mi opción fue el álbum digital de Saal-digital en formato A4 horizontal (28 x 19) de 26 páginas. Quería un acabado sobrio y elegante, por lo que me decanté por tapas brillantes sin acolchar en color negro, y a las que pude añadir sin ningún problema mi logo y nombre en formato .png.
El único pero es que a la hora de incluir imágenes en la portada, no nos marca las líneas de encuadre y tuve que hacer a ojo.

El interior, también en acabado brillante para resaltar bien los colores suaves que tanto abundan en mis fotografías.



La forma de editar el álbum puede parecer algo complicada al principio, pero en seguida te haces a software de diseño que se descarga desde la propia web de Saal. Y es a través del programa donde podemos moldear todas las posibilidades habidas y por haber: múltiples fotografías en una misma página mediante plantillas, textos, imágenes prediseñadas, bocadillos, cenefas... También podemos modificar el color y estilo de las páginas, añadiendo como fondo un color neutral, textura o otra fotografía.

A la hora de subir nuestras imágenes al programa, podemos hacerlo de forma conjunta, de modo que nuestra colección aparece en el margen izquierdo, notificándonos cuando ya hemos utilizado la imagen. Un punto positivo para este programa es que te analiza la calidad de la imagen mediante un sistema de color rojo-verde y una indicación escrita de si la fotografía es apta o no.



La producción y envío rondó los 6 días, y no puedo estar más contenta con el resultado. Las fotografías se ven con una calidad abrumadora, el papel es grueso y le da empaque, y el toque de brillo de las páginas potencia los colores (tanto oscuros como claros). Además, las páginas se pueden abrir 180º lo que nos permite colocar fotografías a doble página y que se visualicen correctamente.

El álbum venía en un sobre de cartón duro de Correos, envuelto en un sobre de plástico y a su vez, embutido en otro plástico acolchado. Todo perfectamente sellado, limpio y protegido. (Remarco lo de limpio porque probé en otros laboratorios los fotolibros y me lo trajeron con huellas bien marcadas en las tapas.)

Como conclusión, y para mí uno de los grandes puntos fuertes de este álbum es que no incluye marcas de la empresa o códigos de barras. Únicamente tiene un minúsculo código en la esquina inferior de la contraportada. Esta posibilidad es totalmente gratuita, y sólamente hay que pagar por el servicio si queremos que ese pequeño código desaparezca (pero vamos, es imperceptible).

Os animo también a vosotros a probar los álbumes de Saal-digital porque seguro que os sorprenden tanto como a mí.





*Aclaración: En ningún momento la empresa me pidió efectuar una valoración positiva y/o negativa del producto, así que emito mi juicio con total albedrío.

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